Hay una obsesión con lo grande en lo que a comida para llevar se
refiere. Hasta ahora casi todas las hamburgueserías de moda son
agotadoras en cuanto a tamaño de hamburguesa, son mutantes que no te puedas
terminar sin rozar lo obsceno. Además, estructuralmente valoro las hamburguesas que conservan la forma y no exigen cuchillo y tenedor para poder acabarlas sin desmoronamientos innecesarios. Intento mantener la máxima de 'satisfecho,
no lleno' y en estos sitios suele ser imposible. {Por favor, ¡hagan
móviles más pequeños!}. En Kricky Pelton, como se llama por lo visto la
madre del dueño, las hamburguesas son de 50 gr y 100 gr, pan tierno, y
extremadamente jugosas siguiendo por lo visto la tradición texana, estructuramente estables hasta su finalización.
Mención especial (los pancakes no son lo mío, así que me saltaré ese paso aunque a C. le encantaron) a los aros de cebolla extracrujientes rebozados con panko, las patatas fritas especiadas al corte en bastones cuadrados (Mc Classic Size) que puedes pedir en casa, aunque este miércoles estaba el local bastante tranquilo y atento. Vi que las cervezas las servían en copa, me restó un poco ver mi Coca-Cola en una botella de plástico, fue como bañarse con impermeable, pero en definitiva, una muy muy jugosa cena de cita a la que no le faltaba detalle.
* Resultó que el dueño, Jota Navasqüés, estaba en la mesa de al lado enviando mensajes mientras esperaba a unos amigos - olisqueando el ambiente, y pudimos enterarnos de la manera más indiscreta que estaban trabajando en una hamburguesa vegetariana/vegana (lo primero que eché en falta en su precioso diseño tipográfico de la carta). Escuchamos algo de eura pero también escuchamos perfección.
Kricky Pelton C/Modesto Lafuente 61 28003 Madrid
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