Yo prefiero no soñar
porque hay que dormir
y no me gusta despertar
dijo la niña
La madre apretaba las
manos derecha e izquierda
y tiraba de ellas.
'Bueno'
podría haber dicho
o tal vez un inaudible 'hum'.
No dijo nada.
Pero en su cabeza
hacía cálculos:
las duchas, los deberes,
la hora de acostarse
y soñar.
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